Toco la tierra,
la tierra que soy yo.
Uno, dos, tres: inhalo-me, exhalo-me.
Toco la tierra
a la que se arraigan mis pies desnudos.
Uno, dos, tres, cuatro...
Conecto con mi cuerpo: mi materia.
Inhalo el mundo, exhalo el mundo.
Me extravío entre respiraciones y movimiento,
entre la oscuridad de mis ojos cerrados
y el equilibro ganado por la práctica.
Ya no soy sino energía, no soy: estoy siendo.
Mi mente suelta al pensamiento,
coopera, los monos han dejado de saltar.
Inspirar y espirar: spirare: un canto vital,
la celebración del misterio de la vida.
Conecto con mi mortalidad, mi brevedad,
pues soy instante igual que tú.
Al calor de las velas con aroma a vainilla
invoco a mi espíritu que es presente.
Toco la tierra, me encuentro aquí y ahora.
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