Una noche cualquiera, silenciosa,
negra, insípida, un miedo profundo se sentó a mi lado. Yo dormía, o fingía que
lo hacía. Acarició mi piel, sus manos eran hielo y yo sudaba frío. Le reconocí
enseguida: era el temor de saberme enferma y la incertidumbre que esto trae a
mis días. Permanecí en silencio, alterada, pero en silencio, aguardando su
partida; porque si algo he aprendido en este sencillo caminar es que nada
permanece: muta, se mueve. Aquel miedo se disipó entre respiraciones y el
no-pensar: entre el aquí y el ahora. Entonces, la reflexión llegó:
No hay garantías, el mañana no
existe, es solo una ilusión. Y, sin embargo, hay tantos verbos que reclaman energía: observar, oler, sentir, cantar, llorar, contar, abrazar, leer, pintar,
nadar, escuchar. Llenar los ojos de soles y lunas, habitar una fracción de
segundo en multiversos de años luz: hay tanta vida en la idea de muerte aunque constantemente
estemos viviendo la muerte: los días fallecen para dar entrada a la noche, las
noches acaecen para dar espacio al día, nuestras ideas también mueren, se
quedan en el camino, y adoptamos posturas distintas.
Nada es fácil, nada es difícil.
No hay un solo camino: hay caminos; no hay un método: hay métodos. Crucial es
no perder el espíritu de caminante. El brío de confianza hacia la vida. Todos
los días son el día. Debemos entregarnos a la naturaleza del vaivén de los
sueños, las esperanzas, las contradicciones, la enfermedad…
En estos momentos, no puedo
quedarme inmóvil ante la página en blanco, debo creer que puede ser escrita de
diversas maneras: a modo de ensayo literario, en cursiva, con tinta roja o
negra, o acaso de colores. En horizontal o vertical, escribir drama, o quizá
solo hacer un dibujo a carboncillo. Mi espiritualidad se manifiesta más que en
otras épocas: me advierte que el camino andado no ha sido en vano. Que la sanación
requiere paciencia: la elección que he tomado merece la vida porque, a cada
paso, en cada inhalar y exhalar, en mis días de meditación, en el amor que se ensancha
por nosotros-todos, estoy eligiendo vivir.
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